Marcar por contenido inapropiado. Descargar ahora. Carrusel anterior Carrusel siguiente. Buscar dentro del documento. Rivera M. Nitro Glicerina. Anita Villarreal. Andremar Sanchez. Marco Elera Vargas. Laurita Osorio Garcia. German Mariano. Randy RCna. Nando Fuentes. Dani Novoa Vega. Luis Cordova. Fatima Hernandez. Joel Espinoza. Gelipe A. Gmz Ncino. Jenifer Cercado. Nallely Salazar.
Dicson Ruiz Neira. Popular en Education. Leonardo Perez Visurraga. Jessica Judith Monteza Cajo. Ana Santana. Adelaida Delgado. En realidad, no aspiro a saber quC significa el espacio. Cuanto mhs reflexiono acerca de su esencia tanto mhs misterioso me parece.
Sin embargo, hay una cosa que s i de cierto: si, corno arquitectos, nos ocu- pamos del espacio, hnicamente tratamos con una pequeiia parte de esa infinitud que rodea la tierra. Pero cada edificio seiiala un lugar en esa infi- nitud. Dibujo diagramas espaciales y vollimenes sencillos. Intento ver 10s vollimenes pensados como objetos precisos en el espacio, y para mi es importante percibir cdmo a partir del espacio que 10s rodea delimitan un espacio interior, o bien c6mo capturan el indefinido continuo espacial con la forrna de un recepthculo abierto.
Los edificios que nos impresionan siempre nos transmiten un senti- miento fuerte de lo que es su espacio. Rodean, de un mod0 peculiar, ese misterioso vacio que llamamos espacio y lo hacen vibrar.
Razon practica a saber, por medio de la modalidad de su aparici6n y uso asi como de su Proyectar significa inventar. En la Cpoca en que frecuentiibamos la relaci6n con otras arquitecturas y con el lugar donde se yergue. Escuela de Artes y Oficios tratabamos de seguir ese principio funda- Las respuestas a estas cuestiones que pueda formular como arquitecto mental. Buscibamos una nueva soluci6n para cada problema, pues para son limitadas.
Estos tiempos de transformaciones no permiten grandes nosotros era importante ser vanguardistas. S miis tarde me vi obli- gestos. Son pocos 10s valores comunes que todos aun compartimos y gado a constatar que, en el fondo, son pocos 10s problemas arquitect6ni- sobre 10s cuales se puede construir. Por tanto, soy partidario de una arqui- cos para 10s cuales no hayan sido halladas con anterioridad soluciones tectura de raz6n prhctica, que surja de aquello que todos nosotros aun validas.
Contemplo con toda precisi6n el Si hago un analisis retrospectivo he de decir que mi formacidn de pro- mundo de la construccidn e intento asir, con mis edificios, aquello que me yectos me produce la impresi6n de algo ahist6rico.
Nuestros modelos eran parece valioso, corrigiendo lo que estorba y volviendo a crear lo que nos 10s pioneros e inventores de Das neue Bauen. Considerabarnos la historia falta.
Asi es como, con frecuencia, encontriiba- mos lo que ya se habia encontrado en algun momento y ensayibamos, de Percepcion melancolica multiples maneras, en el imbito de lo inencontrable. La pelicula La sala cle haile,? Si mi memoria no me engafia, la peli- cribir tiene sus valores didicticos.
Pero mhs tarde, cuando uno ya es arqui- cula no tiene ni diiilogos hablados ni ningun cambio de escena; no hay en tecto, harii bien en asegurarse todo ese inmenso saber y experiencia con- ella nada sino m6sica y personas en movimiento. Se ve siempre la misma tenidos en la historia de la arquitectura.
Creo que si 10s incluimos en el tra- sala, donde entra la misma gente para bailar, mientras el tiempo pasa y 10s bajo que hacemos, tanto mayores serin nuestras posibilidades de hacer danzantes se van haciendo mas viejos.
En el centro de la pelicula se encuentran esas personas en acci6n. Pero Ahora bien, proyectar no es ning6n proceso lineal que, partiendo de la lo que genera la densa atm6sfera de la pelicula es la sala de baile, con su historia de la arquitectura, conduzca, por asi decirlo, a un nuevo edificio suelo de tablas y sus panelados, la escalera al fondo y la garra del le6n en de un mod0 16gico y directo.
LO es, a1 contrario, la gente la que da esa peculiar atm6sfera al a vivir, una y otra vez, esos momentos vacios de opresion. Nada de lo que espacio? I conozco parece casar con lo que quiero y sobre lo que no sC aun c6mo Planteo esta pregunta porque estoy convencido de que un buen edifi- debe ser.
En tales situaciones, intento desprenderme de mi conocimiento cio debe ser capaz de absorber las huellas de la vida humana y que, con arquitect6nico acadCmico, que, repentinamente, me deja paralizado. Este ello, puede adquirir una riqueza especial.
Mi respiraci6n se hace miis libre, aspiro el bien Pienso aqui, naturalmente, en la patina del tiempo sobre 10s materia- conocido aire de 10s inventores y pioneros.
Y proyectar es ahora, de les, en el sinfin de pequefias rozaduras de las superficies, en el brillo del nuevo, inventar. El act0 creador en el que surge una obra arquitect6nica trasciende todo Pero si cierro 10s ojos e intento dejar desatendidas todas estas huellas fisi- saber hist6rico y tCcnico.
La confrontaci6n con las cuestiones de la Cpoca cas y mis primeras asociaciones, sigue quedando, con todo, una impre- ocupa un lugar central. En el momento de su nacimiento, la arquitectura si6n, un hondo sentimiento: una conciencia del transcurso del tiempo y un esti vinculada con la actualidad de una forma especial.
Refleja el espiritu sentimiento de la vida humana que se lleva a cab0 en lugares y espacios, de sus inventores y da sus propias respuestas a las preguntas de la Cpoca, dindoles una pregnancia especial. Su significado estilistico o Resistencia hist6rico no tiene ya, en este momento, ninguna importancia. Lo Gnico Creo que actualmente la arquitectura tiene que reflexionar sobre sus I que cuenta ahora es ese sentimiento melanc6lico que se apodera de mi.
La I tareas y posibilidades originarias. La arquitectura no es un vehiculo o sim- arquitectura esta expuesta a la vida; si su cuerpo es lo suficientemente sen- I bolo de cosas que no pertenecen a su esencia.
En una sociedad que cele- sible, puede desarrollar una cualidad capaz de ser garante de la realidad de bra lo inesencial, la arquitectura puede, desde su ambito, oponer resisten- la vida pasada.
El lenguaje de la arquitectura no es, en mi opinibn, ninguna cuesti6n Los pasos dejados tras de si sobre un determinado estilo constructivo. Cada casa se construye para un Cuando trabajo en un proyecto me dejo llevar por imagenes y estados de I fin determinado, en un lugar determinado y para una sociedad determina- Bnimo que permanecen en el recuerdo y que puedo relacionar con la arqui- da. Con mis edificios intento responder, del mod0 mas exacto y critico tectura buscada.
La mayoria de las veces las imagenes que se me ocurren posible, a las preguntas derivadas de estos hechos sencillos. Y mientras estoy haciendo el proyecto me esfuerzo por dilucidar cual es su significado a fin de aprender de todo ello c6mo se producen, en lo ic6nic0, determinadas formas y determinados estados animicos. A1 cab0 de algGn tiempo, el objeto del proyecto toma prestado, en mi imaginacibn, ciertas propiedades de 10s modelos ya utilizados.
Y si se logra superponer y mezclar con sentido esas caracteristicas unas con otras, el objeto cobra riqueza significativa y profundidad. Sin embargo, para conseguir ese efecto, las propiedades que introduzco en el proyecto tienen que fundirse sin contradicciones con la estructura constructiva y formal de la casa acabada. Ya no pueden separarse forma y construccibn, aspect0 y funcion; se pertenecen mutuamente y configuran un todo.
Contemplemos ahora el edificio. Nuestra mirada, conducida por un entendimiento analitico, se pone a vagar y trata de fijarse en particulari- dades. Pero la sintesis del todo no consiente ninguna comprensi6n exhaus- tiva de lo particular. Todo hace referencia a todo. En ese momento, 10s motivos originarios del proyecto pasan a un segundo tkrmino. Palidecen ahora 10s modelos previos, las palabras y las comparaciones necesarias para crear el todo.
El nuevo edificio esta en el centro y es por si mismo. La dura pepita de la belleza Hace dos semanas sintonick casualmente una emision radiofdnica sobre el poeta americano William Carlos Williams que llevaba este titulo: "La dura pepita de la belleza". Esta frase me hizo prestar atencidn. Me gusta la representacidn de que la belleza tiene un nucleo duro y, si pienso en la arquitectura, esta conexidn de belleza y dureza nuclear,me es familiar.
De pronto oigo --corn0 parece haber dicho Williams-: "La mhquina es algo que no tiene partes supeffluas". Pienso para mi que el propio Peter Handke expresa esta misma idea cuando dice que la belleza reposa en las cosas naturales, pristinas, que no han sido ocupadas con signos o mensa- jes, y que se sentia contrariado cuando no descubria ni podia desvelar el sentido de las cosas.
Mcis tarde me sigo enterando por la emision radiofdnica que la poCti- ca de Williams se basa en su concepcidn de que no hay ideas si no es en las cosas, y que su arte trata de dirigir la perception sensorial al mundo de cosas para hacerse con ellas. Seglin dice el comentarista de la radio, para Williams esto ocurriria aparentemente sin emocidn y lacdnicamente, y precisamente por ello sus textos desarrollarian tal vigorosa fuerza emocional.
Lo que estoy oyendo me interpela a mi mismo: mediante mis obras no intento querer producir emociones, sino dejar que las emociones se expan- dan. TambiCn procuro permanecer yo mismo duro junto a la cosa, si bien cercano a la esencia propia de la cosa que deb0 crear, y confiar en que el edificio, si se ha pensado con la suficiente precisidn para su lugar y su fun- cidn, despliegue su propia fuerza, que no necesita ninguna afiadidura arti- ficial.
La dura pepita de la belleza: su substancia concentrada. Italo Calvino nos cuenta en sus Seis propuesrus pu1. Las cosas, las obras de arte fia, sin proponernos de antemano ninguna imagen interna en relaci6n con que nos conmocionan, tienen muchos estratos, poseen muchos, acaso infi- esta tarea constructiva, para luego transformarla seglin lo que Csta fuera nitos, planos de significado que se superponen y se amalgaman, transfor- pidiendo; al contrario, intentamos responder a toda una serie de preguntas mandose a la luz de las distintas maneras de ser contempladas.
Una aten- piedra o agua- teniendo como tel6n de fondo una tarea constructiva que ci6n extremadamente precisa y meticulosa, es lo que exige en la compo- entrafia la posibilidad de captar algo de la esencia originaria y "civiliza- sici6n de cada imagen, en la definition minuciosa de 10s detalles, en la doramente inocente" -por asi decirlo- de esos elementos, y luego selecci6n de 10s objetos, de la iluminaci6n de la atmbsfera, para alcanzar expresarlo, desarrollando asi una arquitectura que brota de las cosas y la vaguedad deseada".
Calvino concluye con la exclamaci,aparente- vuelve a las cosas. Asi, las imigenes preconcebidas y las representaciones mente parad6jica: "iEl poeta de lo vago s puede ser el poeta de la pre- formales estilisticamente prefabricadas no podrian hacer otra cosa que cisi6n! Ambos hablan por si mismas desde las propias cosas. Su forma de trabajar seria otra.
Primero elabora conceptos y Personalmente creo en la totalidad corp6rea del objeto arquitect6nico estructuras y deja que se ejecuten, y es s entonces cuando se da cuen- que se basta a si misma, si bien no como algo obviamente dado, sino como ta de c6mo suenan. En Peter Handke leo sobre 10s esfuerzos que lleva a cabo para hacer de sus textos o descripciones una parte del entorno a1 que se refieren. Si interpret0 correctamente sus expresiones, lo que aqui me sale al encuen- tro no es la conciencia de la dificultad, que tan bien conozco, de liberar de su artificialidad a las cosas que se han de crear en un act0 artificial, trans- muthndolas en el mundo de las cosas cotidianas y naturales, sino m i s bien de la creencia de que la verdad se esconde en las propias cosas.
Creo que en 10s procesos artisticos que aspiran a la totalidad de sus producciones se les intenta dotar una y otra vez de una presencia anhloga a la que las cosas tienen en la naturaleza o en el entorno virgen. Asi entiendo muy bien a Handke cuando, en la misma entrevista en que se autocalifica como un escritor de lugares, pide de sus textos: "Que no ocurra ahi nada accesorio, sino un conocimiento de 10s detalles y su anudamiento en todo un [.
Una relaci6n ohjetiva. En este contexto, Handke habla tambiCn de la fidelidad a las cosas. EI querria que sus propias descripciones fueran vividas con fidelidad al lugar que describen, no como una coloraci6n o una pintura afiadida. Frases como Cstas me ayudan a no conformarme con el disgust0 que a menudo me asalta cuando contemplo arquitectura reciente. Una y otra vez, me encuentro con edificios configurados ostentosamente y que tie- nen la voluntad de tener una forma peculiar, y esto me malhumora.
Es ver- dad que el arquitecto que ha hecho esas cosas no esti presente, pero no para de hablarme en cada detalle del edificio, y me dice siempre lo mismo, algo que enseguida deja de interesarme. La buena arquitectura deberia acoger a1 hombre, dejarle que viva y habite alli, y no abrumarle con su charla.
Cosas Para Stevens, la realidad es la meta buscada. Se aduce una cita suya tales como el material, la construcci6n, lo portante y lo portado, la tierra donde asegura que el surrealismo no fue capaz de impresionarle, porque y el cielo, con poca confianza en 10s espacios libres para que sean tales; inventa sin descubrir: "Hacer que un molusco toque el acorde6n significa espacios en 10s que se procura su envolvente como configurador espacial inventar, no descubrir", dice Stevens.
Aqui asoma una vez mas aquel pen- que lo define, la forma que lo excava, su vacio, su luz, su aire, su olor, su samiento fundamental que creo conocer de labios de Williams y Handke capacidad de recepci6n y de resonancia.
Para mi, en 10s edificios hay un estar callado que es hermoso, y que Para mi la frase no es ninguna revelation, sino la confirmaci6n de una asocio con conceptos como serenidad, evidencia, duracibn, presencia e experiencia que siempre vuelvo a hacer en mi trabajo, y la confirmation integridad, per0 tambiCn con calidez y sensualidad; ser 61 mismo, un edi- de una voluntad cuyas raices parecen hundirse en mi mismo. Una vez mas la pregunta: iD6nde encuentro la realidad a la que tiene que apuntar mi fantasia cuando intento proyectar un edificio para un lugar "Say that it is a crude effect, black reds, y un fin determinados?
Pink yellows, orange whites, too much as they are Una clave para la respuesta a esta cuesti6n se encuentra, creo, en las To be anything else in the sunlight of the room. En su ensayo "Construir, habitar, pensar", Martin Heidegger dice: "Un Too much 'as they are changed by metaphor, rasgo esencial del ser humano es la estancia junto a las cosas".
Heidegger, un vivir y un pensar en lugares y espacios, encierra una indi- Wallace Stevens, tal como leo en el texto que acompafia a1 volumen cation precisa de aquello que para mi, como arquitecto, significa la rea- de poemas, se ha propuesto el desafio de mirar largo y tendido, con lidad.
La realidad de las teorias desprendidas de las cosas no es la que me Sus poemas no son una protesta o una queja por el orden perdido, ni tam- interesa, sino que es la realidad de la tarea constructiva concreta, cuya poco la expresi6n de una perturbacibn, sino que buscan una armonia que, finalidad es ese habitar hacia la que quiero dirigir mi fantasia. Es la reali- a pesar de todo, aun es posible, y que en su caso so10 puede ser la armo- dad de 10s materiales de construccion -piedra, pafio, acero, cuero, etc.
La realidad de la arquitectura es lo concreto, lo convertido en forma, masa y espacio, su cuerpo. No hay ninguna idea fuera de las cosas. Para mi es importante reflexionar sobre la arquitectura, tomar distancia del trabajo cotidiano, dar un paso atrhs y contemplar quC estoy haciendo I y por quC lo hago. Esto es lo que me gusta y, probablemente, tambiCn lo que necesito, pues no soy un arquitecto que provenga de la teoria, un arquitecto que, por asi decirlo, haya surgido de un lugar tedricamente deli- I mitado y se haya puesto a proyectar en el marco de la historia de la arqui- tectura.
MAS bien, soy una persona que ha sucumbido ante la tentacidn del hacer arquitect6nic0, del construir, del dar un acabado perfecto a la cosa, de la misma manera que, ya en mi juventud, hacia cosas, que debian con- formarse a mi representacidn interior, cosas que tenian que ser necesaria- mente asi y no de otra manera, por razones que, para decir verdad, desco- nozco.
Siempre habia en mi ese sentimiento, sumamente personal, tanto I respecto a 10s objetos que producia para mi mismo como a 10s que pro- ducian otras personas. Ese sentimiento no me ha llamado nunca la atencidn como si se trata- ra de algo especial; sencillamente, siempre estaba ahi. Hoy sC que, en el fondo, en mi trabajo como arquitecto, sigo el rastro de aquellas primeras pasiones, quiza incluso obsesiones, intentando entenderlas mejor y refi- narlas. Y cuando actualmente me pongo a recapacitar sobre si desde mi I juventud se han afiadido nuevas imhgenes y pasiones a las antiguas, tien- do a pensar que, de algun modo, he conocido ya desde siempre el nucleo emocional de mis nuevos descubrimientos.
Trabajo rodeado de montafias en una aldea del cant6n de Graubiinden; tra- 3 El autos juega con la palabra Sache, 'cosa', y 10s tCrminos compuestos o derivados de la misma, bajo desde ese lugar, vivo alli.
Muchas veces me pregunto si esto influye como Sachver. Stevens, Wallace, Ronro de r. Tan pron- Fragmentos to como comienzo a reflexionar sobre esta cuestion me apercibo de que 1 Estamos alrededor de la mesa de dibujo y hablamos sobre un proyec- mi trabajo Ileva la cuiia de muchos lugares. Lo encuentro intere- Cuando me concentro en un determinado lugar, para el cual deb0 sante en distintas facetas, cosa que menciono en el turno de discusiones hacer un proyecto, si intento sondearlo, comprender su estructura, su his- que tiene lugar acerca de determinadas cualidades del mismo y afiado, de toria y sus caracteristicas sensoriales, ya desde muy pronto empiezan a pasada, que lo habia visto ya hacia.
A1 escudrifiar las posibles razones genes de lugares cotidianos, o especiales, cuya forma llevo dentro de mi de aquella impresi6n mia, las encontramos en la explicaci6n de sus parti- como un simbolo de determinados estados de inimo y cualidades, e imh- cularidades, per0 sin llegar a un juicio de conjunto, hasta que, de pronto, genes de lugares, o situaciones arquitectdnicas que provienen del ambito uno de 10s j6venes arquitectos que toma parte en la tertulia dice: "desde la de las artes plasticas, del cine, de la literatura, del teatro.
Las necesito. Pasamos revista a muchos edificios que So10 cuando dejo que en el lugar concreto irradie en espiritu aquello conocemos, nos 10s describimos el uno a1 otro. Si topamos con edificios semejante a 61, estC emparentado con 61 o le sea ajeno, en principio, surge que corresponden con la cualidad buscada y nos hacen evocar lo peculiar en mi esa imagen estratificada y honda de lo local, qile revela toda una que tienen, nos damos cuenta de que hay determinadas casas que amamos.
Surge el fondo sobre el que se ha de pintar, aparece la red ripidamente cuiles pertenecen a la categoria buscada, se nos hace dificil de las diversas vias de acercamiento a1 lugar, lo que me posibilita la toma reducir a un comun denominador las caracteristicas que determinan algo de decisiones en mis proyectos.
Asi es c6mo me sumerjo en el lugar de mi asi. Nuestra tentativa de generalizar, de abstraer, parece privar a 10s edifi- proyecto, lo rastreo y, al mismo tiempo, miro hacia fuera, al mundo de mis cios individuales de su brillo, de su vivacidad.
Dado que este tema no me deja en paz, me propongo intentar algunas Edificios que despliegan una presencia especial en un determinado aproximaciones fragmentarias a1 mismo basindome en vivencias perso- lugar me producen a menudo la impresion de estar sujetos a una tensicin nales en las que vea una relaci6n con mi trabajo, movikndome, a1 hacer- interna que apunta m i s alli de ese lugar. Fundan su lugar concreto dando lo, en el marco de un conjunto de categorias con las que trabajo cuando un testimonio del mundo.
En ellos, aquello que proviene del mundo ha me ocupo del contenido de un edificio. Si iln proyecto bebe unicamente de lo existente y de la tradicion, si 2 Las habitaciones principales del pequeiio hotel de montafia se situan repite lo que su lugar le sefiala de antemano, en mi opinion, esti falto de en la ancha ala del extenso cuerpo del edificio y miran al valle.
En la plan- la confrontaci6n con el mundo. Y, si ta baja se encuentran, contiguas, dos salas revestidas de madera, a las que ilna obra de arcluitectura no nos cuenta sino del curso del mundo o de lo se accede desde el corredor y que estan comunicadas entre si por una visionario, sin hacer oscilar con ella a1 lugar concreto donde se levanta, puerta. La mas pequefia nos parece invitar a sentarnos c6modamente y a entonces echo de menos el anclaje sensorial de la construcci6n a su lugar, leer; la mhs grande es claramente el espacio donde se come: dentro hay el peso especifico de lo local.
A medida que nos acercamos a la casa por primera vez pienso que en 10s cuartos superiores apreciaria la vista del cielo y del amplio panorama de las cadenas de montafias que se pierden en el horizonte. Pero tambiCn parece fascinante la idea de que te ofrezcan una de las habitaciones de la planta baja para disfrutar a1 atardecer leyendo o escribiendo y de la inti- midad del cenador. Al pie de la escalera, que baja desde 10s pisos superiores hasta la entrada, se ha practicado un hueco en la pared de la sala donde se come para poder pasar la comida.
A primera hora de la tarde, en la estanteria de esta misma sala hay pasteles de frutas y platos blancos para 10s huCspe- des. A1 bajar la escalera sorprende el aroma de 10s frescos pasteles. La puerta que da a la sala de enfrente se encuentra medio abierta. Salen soni- dos de cocina.
DespuCs de un dia o dos juntos ya nos conocemos. En el lateral de la casa que limita con un gran prado se apilan diversas tumbonas. A1 otro lado, en la penumbra del linde del bosque avistamos a una mujer que esth leyendo recostada en una hamaca. Cogemos dos hamacas y buscamos tambiCn un sitio. A lo largo del dia, nos sentamos para tomar cafC la mayo- ria de las veces junto a una de las mesas plegables de madera en el estre- cho mirador abierto delante de las salas.
Los angostos tableros de las mesas plegables se han encajado guardando entre si distancias regulares contra el antepecho de la veranda. Ese pequefio lugar-mesa arrimado a1 antepecho, donde el cod0 descansa sobre la ancha moldura de la barandi- Ila, es bueno para leer. El tablero tiene la altura precisa. En las conversaciones con otros huCspedes de la casa en el crepliscu- lo casi siempre nos solemos sentar junto a alguna de las mesas mhs gran- des de la veranda que esthn alineadas a lo largo del muro de la casa y pro- tegidas por unos saledizos.
DespuCs de la cena se abre la puerta de vidrio que da a la veranda, y uno se desentumece 10s pies con algun paseillo, contempla el valle, bebe algo, entabla conversaci6n y toma asiento junto a la pared, todavia caliente del sol recibido durante el dia.
No cabe duda de que me gustaria sentarme alli. Todavia hay dos necer a la casa. Las horas transcurridas junto a esta mesa son precedidas o tres mesas libres en este nicho, otras tres esthn ocupadas. La gente alli por una invitaci6n a que nos reunamos alli tras la comida.
Nunca estuve sentada, sin duda huCspedes habituales de la casa, me parece gente privi- en la mesa a la que da el sol de la mafiana, situada al otro extremo de la legiada. En 10s dias en que lucia el sol casi siempre habia alli alguien sen- Vacilamos un poco y, finalmente, nos decidimos por una mesa en la tado leyendo.
A1 cab0 de un rato, esponthneo y natural situaciones espaciales que concuerden con el lugar, sale una muchacha por una puerta abierta en el revestimiento de madera el transcurso del dia, mi actividad y mi estado de hnimo, siempre que me de la pared y nos conduce inmediatamente a una de las mesas del nicho. Pronto se disipa la ligera irritaci6n producida por nues- deje habitar en ella, que barrunte mis necesidades y las satisfaga sin gran- tra invasi6n en el ya establecido circulo de hukspedes.
Fumamos nuestros des aspavientos, me viene en mente esa casa de la montaia. La constru- primeros cigarrillos y pedimos vino. En la mesa de al lado dos mujeres mantienen una animada conversa- ci6n. Una de ellas habla un inglks americano, la otra suizo-alemhn. Los voces del de entrar en la casa, conthbamos con la posibilidad de encontrar algo grupo de la mesa siguiente suenan gratamente alejadas.
De tanto en cuan- mejor que 10s otros locales que habia en la calle principal de ese lugar to miro a la tertulia y me dejo prender poco a poco de su atm6sfera.
No nos defraud6. Atravesando el angosto cancel --que, como Disfruto de este estar sentado bajo la luz, junto a una de las ventanas que pudimos comprobar, estaba construido a mod0 de cobertizo de madera en ahora me parecen mhs altas, de mirar hacia la amplitud sombreada de la la parte interior de la puerta de la casa-, entramos en una gran sala alta sala.
Ocupada con sus conversaciones y sus negocios, la gente parece con las paredes y 10s techos revestidos de una madera oscura mate: mar- estar a gusto aqui, se comportan con naturalidad y no se sienten molestos cos, entrepafios, paneles distribuidos de una forma regular, rodapiks, mol- por la presencia de otras personas, si bien con una reserva a6n percepti- duras, jhcenas perfiladas, que apoyan en mknsulas rematadas con volutas.
De vez en Si 10s ojos no se han acostumbrado, el ambiente en la sala parece cuando, mi mirada se encuentra con sus rostros y, ocupado como estoy oscuro, incluso sombrio. Esta impresi6n de algo sombrio desaparece ense- con lo que estoy, no me disgusta saber que esthn a mi lado, en este espa- guida y la luz de este espacio produce ahora un efecto de suavidad.
La luz cio donde todos tenemos un buen aspecto. Apenas si hay hrboles, la roca cfirstica sobresale habia llamado mi atenci6n nada mhs entrar: una dilataci6n semicircular por entre la capa de cksped, pocas casas en el entorno inmediato. Los del espacio, una concavidad del muro exterior lo suficientemente grande caminos cubiertos con placas de hormig6n sobre soportes metfilicos unen como para que encuentren perfectamente sitio cinco mesas dispuestas a lo las distintas partes del conjunto, la mayoria de una sola planta, per0 altas, largo del perimetro curvo, retrasado respecto de las ventanas.
En el suelo con cubiertas planas con voladizos en varias partes. Recorremos 10s corre- de este nicho elevado esth un pequefio escaldn mhs alto que el resto de dores abiertos que 10s comunican. El lugar esti desierto, es gancia de la linea fina y precisa. Apenas tocaba con la garlopa 10s rinco- Cpoca de vacaciones. Es dificil echar una ojeada a las aulas, pues tienen nes donde convergian tres cantos de las piezas del mueble.
Construia la ventanas altas. En alguna parte, una gran puerta metilica que cierra un puerta de 10s muebles pequeiios en el marco frontal sirviCndome de patio lateral que parece pertenecer a un aula esti un poquitin abierta, por minusculas juntas, de manera que cerrase con toda precisi6n mediante un donde logramos echar un vistazo a1 espacio con mesas y una pizarra. El resorte de rozamiento y un sonido neumitico ligeramente perceptible. Las paredes y el suelo muestran las huellas de un uso Me sentia bien con aquel trabajo.
Realizar formas precisas y sdlidas intenso. La luz natural que cae desde arriba confiere a1 espacio un clima encajaduras me colocaba en un estado de concentraci6n, y 10s nuevos que me produce una sensacion suave e intensa. El bloque se ahueca por todos 10s lados hasta que estructura constructiva, que recuerda, por ejemplo, la prefabricaci6n no queden sino una canaladura longitudinal en el medio, canaladuras industrial en hormig,ni tampoco su magnanimidad o la ausencia de esa transversales y tres horizontales.
Si miramos ahora la secci6n de la masa serie de embellecimientos pedag6gicamente pensados que conozco en 10s del bloque que hemos pensado, comprobaremos que nos ha quedado una edificios escolares europeos.
Me propongo, una vez miis, trabajar en las lindes de la ciudad vieja, oscuro, casi negro, con un brillo mate; la pensando prioritariamente en las cosas sencillas y pricticas, hacerlas estructura portante y la espacial de un edificio de tres plantas, construida grandes, buenas y hermosas, tomindolas como el punto de partida que me con hormig6n tintado en un tono oscuro, sin juntas, con tratamiento al lleve a la elaboraci6n de una forma especial, como hace un maestro de petroleo, con superficies que dejan a1 tacto la sensaci6n de parafina.
Cortes del tamaiio de puertas en las canaladuras o agujeros practicados en la piedra dejan patente su masa. El despiece de 10s tableros de madera del por mi. Normalmente en el taller produciamos muebles cuya forma y encofrado se configura como una fina red que cubre ordenadamente to- construcci6n estaba determinada por el gusto del maestro o de 10s clien- das las superficies, y prestamos atenci6n a que se disuelvan en esta red las tes y que a mi no me gustaban.
Tampoco me gustaba la madera que em- juntas product0 del hormigonado en varias tongadas. Roldanillo los mejores temas para un ensayo argumentativo, ensayo del libro etica para amador por capitulos Punta Cana. Ocozocoautla de Espinosa como hacer un ensayo argumentativo con tesis, ensayo de traccion y compresion en metales Acaponeta. Pocito ensayo de educacion inclusiva en el peru, ensayo de epidemiologia de.
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